Mientras la lista de espera de la dependencia ha
descendido de forma notable (de 305.941 personas en diciembre de 2011 a 167.869
a finales de noviembre de 2014), los beneficiarios que disfrutan de su
prestación no han aumentado, sino que se han reducido en 9.274 personas este
mismo periodo. Es decir, si hay menos gente esperando a recibir ayudas no es
porque se esté agilizando la incorporación de nuevos beneficiarios, ya que,
también retroceden.
¿A qué se debe entonces la enorme reducción de esta
bolsa? La Asociación de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales lo tiene
claro: fundamentalmente a los miles que han muerto atrapados en la maraña
administrativa que precede al acceso a las ayudas. Un análisis elaborado por
esta entidad calcula que desde diciembre de 2011 hasta noviembre de 2014 han
fallecido 117.000 personas aguardando la prestación a la que tenían derecho.
Por ello, para el presidente de esta entidad, José Manuel Ramírez, no es ningún
éxito la reducción de la lista de espera de la que presume el Ministerio:
"Es un dato para la vergüenza que se manipula torticeramente en un intento
desesperado por vender una gestión eficiente".
Para el Ministerio este cálculo es exagerado, aunque
no ofrece datos oficiales sobre fallecidos en lista de espera. “Estamos
estudiando estos datos, de momento podemos decir que entre el 70% y el 72% de
las bajas que se producen ya recibían prestación, esto no se corresponde con
100.000 fallecidos”, explica el director del Imserso, César Antón.
Lo cierto es que apenas hay datos oficiales sobre el
drama de las personas que mueren a la espera de ayudas. Y los que existen son
muy parciales. Como los trasladados en noviembre por la consejera catalana de
Bienestar Social, Neus Munté. En una respuesta parlamentaria manifestó que, solo
en el municipio de Barcelona, desde enero de 2007 han muerto 10.704 ciudadanos
reconocidos como dependientes que no llegaron a tener ayudas.